La saga de Fast and Forious es una de las más conocidas, y no solo por sus emocionantes carreras de coches o toda la acción que acumulan, sino también por el buen reparto que encontramos en cada una de estas siete partes. Sin embargo, la última entrega de esta saga, ha sustituido parte de la historia restándole sentido, y dejándola entre las más fantásticas así como la más triste de todas.
Este pequeño contratiempo, se debe al fallecimiento de uno de los pilares sobre los que se fundamentan estas películas. El joven actor de 40 años de edad, Paul Walker, falleció el 30 de noviembre de 2013 en un terrible accidente de coche. Cruel es la vida teniendo en cuenta que este actor llevaba toda su carrera de cine tomando riesgos sobre vehículos a cuatro ruedas. Debido a ello, el rodaje se mantuvo parado tratando de buscar una solución, si retomar la película o si terminar con todo. Fue por esto por lo que se pensó que Brian O'Conner, el personaje al que daba vida Paul Walker, moriría a pocos minutos de empezar la película o durante la misma. Para la sorpresa de muchos esto no fue así, y se decidió que el actor tendría un cierre feliz, para lo cual se contó con la participación de sus hermanos y la tecnología que existe actualmente.
Fast & Furious 7 nos cuenta una historia entrelazada con la tercera de las películas de esta saga. Recordemos que en Tokyo Drift, Han Lue, interpretado por Sung Kang muere, aparentemente en una persecución. En esta última entrega descubrimos que no fue casualidad, y que este hombre no murió por accidente, si no a mano de Ian" Shaw, interpretado por Jason Statham, quien le tiene la guerra jurada a Toretto (Vin Diesel) y todo su grupo de personas allegadas. Dentro de esto, existen bastantes incoherencias a la hora de enlazar la muerte de Han Lue, ya que la que vemos en la tercera entrega, no coincide con la que nos muestran en la séptima entrega.
Entre todas las películas, esta es la que más acción mantiene, lo cual no es ni bueno ni malo, simplemente diferente. Si bien estas películas empezaron siendo carreras, velocidad y adrenalina, estos inicios se han ido borrando con el paso de las películas, convirtiéndose en mera películas de acción donde los coches y las carreras están cada vez más ausentes. Pese a ello, como una película de acción y efectos especiales esta es sin duda la mejor, ya que la tecnología, al igual que todo, ha avanzado a pasos agigantados.
La historia resulta interesante, ya que en la anterior entrega se quedaron algunos cables sueltos, sobre todo referente a lo ocurrido con Letty, quien ha perdido la memoria tras volver de su aparente muerte. No es solo el drama de la joven uno de los puntos más críticos para Toretto, si no también lo que el propio espectador va viendo. Con esto nos referimos de nuevo a Paul Walker, al cual se le han disminuido bastante las escenas, pese a que llegó a rodar gran parte del film.
Homenaje a Paul Walker Si bien esta película es la última que se ha realizado, y ya se está hablando de una octava entrega, esta cierra de una forma única, una escena que hace que aquellos que son fanáticos de estas películas, derramen en una lagrima por las palabras así como las imágenes que vemos. Y no es solo que Toretto y Brian se encuentren una vez más, si no que ambos se separan definitivamente.
“Yo solía decir que vivía de medio kilómetro en medio kilómetro, y por eso éramos hermanos, porque tú también lo hacías. No importa dónde estés, si a medio kilómetro o al otro lado del mundo, lo más importante es la gente que está contigo, aquí y ahora... mi familia. Siempre estarás conmigo, y siempre serás mi hermano.”
Estas son las ultima palabras de Toretto, escuchadas en Off mientras las imágenes nos muestran todo el recorrido de Paul Walker por las entregas de Fast & Furious. Claramente, estas palabras van dedicadas a la persona que falleció hace dos año, alguien que lamentablemente se ha ideo demasiado lejos.
A Paul Waker; R.I.P
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