John Wick: Chapter 3 - Parabellum [Crítica]

Todas las historias tienen un comienzo, y todas las historias también deberían tener un final. Este, es el ejemplo de la tercera entrega de John Wick, dirigida por Chad Stahelski, quien aparentemente nos trae el cierre final de la historia de un hombre que lo perdió todo, cuando su mujer falleció y poco tiempo después le arrebataron la vida al único regalo que le quedaba de ella: un pequeño perro que desató la ira del antiguo asesino a sueldo, conocido como “el hombre del saco”. Su historia le ha llevado por muchos caminos, ahora, llega el tercero.

Ahora, después del asesinato de Santino D'Antonio dentro de las paredes del Hotel Continental, John Wick es excomulgado por la Mesa Alta, poniendo de esta forma tras sus espaldas a todos los asesinos no solo de su país, si no del mundo entero. Este hombre, marcado siempre por el dolor y el sufrimiento, está ahora en el punto de mira de todo el mundo, y ahora, tendrá que huir, esconderse y tratar de hacer justicia sobre lo que él se ha visto obligado a hacer.

Esto llevará al asesino a encontrarse con viejos amigos y amigas que le deben un favor, “un pacto de sangre” y debido a ello, termina vagando por el desierto encontrándose con la única persona, que puede salvarle la vida y que le envía de nuevo al Hotel Continental de Nueva York, donde tiene ahora una misión que cumplir… Sin embargo, se niega a seguir siendo parte de aquella organización que tanto le ha arrebatado y por ende, el Continental es atacado, desatándose una guerra en su interior que acaba con la aparentemente muerte de John Wick.

Winston, quien aparentemente siempre ha sido el amigo de John es ahora la mano que aprieta el gatillo haciendo que ex-asesino se precipite al vacío desde lo alto del Continental, solo para desaparecer instantes más tarde. Poco tiempo después de que el Continental recupere su antiguo estado y no sea considerado una amenaza, el Rey Bowery, uno de los que han sufrido a manos de la Mesa Alta por ayudar John, ha rescatado al mismo, y no parece querer matarlo, si no contar con su ayuda, preguntándole a John si él, también está enfadado con la Mesa alta, algo que cierra la película con un SI.

Parecía que esta entrega iba a ser la última, pero está claro que sus directores han pensado que puede explotar un poco más toda la historia de este hombre. Ahora, no solo nos encontramos con John Wick y el problema de ser considerado un enemigo público y peligroso, si no que parece ser que aún nos queda su última historia, una en la que contará con la ayuda de varias personas para ir directamente contra la Mesa Alta, y acabar así con una lucha encarnizada que ha durado ya quizás demasiado.

Estas películas, siempre nos han recordado a otros estilos muy parecidos, que guardaban ciertas similitudes. Sin embargo, eso no quiere decir que sean malas, sino todo lo contrario. Uno de los factores que mejor juega a favor de todas estas películas es la figura de Keanu Reeves como el protagonista de esta ahora trilogía. Es irónico en cierto modo encontrarnos con Laurence Fishburne, como el Rey de Bowery, actor que ya ha compartido papel en la gran pantalla con Keanu, siendo Matrix la película más destacada de ambos.

Las interpretaciones, así como los enteramientos que circulan para que seamos capaces de ver el rodaje nos han dejado con la boca abierta. El realismo de estas películas no se encuentra en lo digital y en los efectos, sino que también tienen una muy buena base de entrenamientos donde los actores han demostrado que saben ponerse muy bien en la piel de los personajes. Clara es también la participación de Ian McShane como Winston, un amigo en las sombras y en el exterior… o Halle Berry como Sofia, que con su breve interpretación nos trae matices muy interesante del sórdido mundo de la mafia.

Parabellum puede ser quizás una película más de relleno o de acción, pero lo que salta a la vista es que ninguna de sus entregas a resultado aburrida. Puede ser curioso que todo esto se haya desatado por la muerte de un animal, pero esa no es realmente la esencia del personaje. La historia no se detasa por la muerte de dicho animal, si no por la pérdida de lo único que le queda a este hombre de su mujer, una mujer a la que amo y gracias a la cual, se retiró de todo aquello, a lo que ahora le han obligado a volver.

Puede que no haya escapatoria, puede que su destino ya este escrito, pero desde luego, John sabe perfectamente que, si va contra la Mesa Alta y mueve bien sus cartas, puede no estar en tanta desventaja como aparentemente nos han hecho creer siempre. Cuanto tiempo habrá que esperar para una cuarta entrega aun no es algo claro, pero desde luego, no pueden dejar las cosas así. A ese hombre aun le queda una deuda pendiente que todos queremos verle saldar.

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