La Bella y la Bestia (2014) [Crítica]

Acostumbrados a ver adaptaciones de las películas Disney, esta versión de la Bella y la Bestia, estrenada en 2014, es una versión más que difiera bastante de la original. Por esto mismo, pasaremos a analizarla como película, al margen de que sea una buena o mala adaptación ya que guarda algunos parecidos con la historia original, los cuales también mencionaremos. Esta versión del cuento de la Bella y la Bestia se caracteriza principalmente por ser una película de origen francés, dirigida por Christophe Gans.

A diferencia de otras adaptaciones esta guarda pequeñas similitudes. Al margen de este detalle, como película hemos de decir que es bastante buena, contando eso si con un alto grado de romanticismo. Vincent Cassel actor que representa el papel de la bestia, comienza siendo un ambicioso príncipe que desea dar caza a uno de los animales más hermosos de sus tierras cometiendo un gran error cuando atrapa a la criatura. Príncipe de un reino mágico, cuya esposa trata de convencerle de dejar su caza, termina corrompido y castigado a convertirse en una bestia hasta que llegue alguna mujer capaz de amarle de nuevo. El paso del tiempo hace que el corazón de esta bestia se marchite, volviéndole arisco y violento, hasta que un hombre anciano irrumpe en sus dominios, y pide una rosa para su hija favorita, similitud que si guardamos con la historia original. Tras desaparecer su padre, Bella (Léa Seydoux) se integra en el bosque dando con el castillo de la bestia, y viéndose recluida en él, comenzado a generar un lazo más que afectivo con el señor del castillo.

El rasgo principal de esta película es la magia, así como el sentimentalismo, el cual no es muy amplio pero se deja ver en las reacciones de los hombres durante determinadas circunstancias. El hecho de que el príncipe cometa un fallo que le condena toda su vida al olvido, le vuelve una persona un poco más humilde. Este príncipe que comenzó siendo engreído y orgulloso se da cuenta de los enormes caprichos de la vida, haciéndole perder todo. Sin embargo,  le hace más arisco y solitario. El dolor, el pesar y la angustia son rasgos que se dejan ver continuamente, dando paso a uno de los amores y romances más puros que Disney ha contado.

Comparándola con la historia original es una de las pocas películas que hemos visto que mantienen la coherencia y la relación, así como momento llenos de magia e innovadores, lo que hace de la película una gran obra de arte en cuento a efectos especiales nos referimos. Al igual, los actores han formado parte de un desarrollo más que importante, dándole a cada personaje la esencia que se merece. Los ya mencionados Vincent Cassel y Léa Seydoux, Bestia y Bella respectivamente son el piso fundamental de la historia. Sin embargo son muchos más lo personajes que parecen y otorgan una historia más completa; Audrey Lamy, Sara Giraudeau y Myriam Charleins nos ofrecen la peor de las versiones de la madrastra y hermanastras con las que se ha cruzado Bella. 

Hablando ahora de la historia, decir que el guion es bastante sólido, sufriendo como ya hemos dicho modificaciones en la historia original, pero modificaciones que hacen de la película un gran espectáculo de efectos especiales así como de magia y fantasía. Esta película se lleva esta vez una nota alta por nuestra parte, ya que sabe reunir muy bien la esencia y las innovaciones. Como adaptación también le damos el aprobado.

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