Hotel Transylvania; Unas vacaciones monstruosas [Crítica]

Nos vamos a una fiesta monstruosa, con los monstruos más divertidos de todos los niños. Hotel Transylvania, Unas vacaciones monstruosas, sigue siendo una de las mejores películas de animación estrenadas este año. Para los peques y para los mayores, esta película reúne no sólo a la familia si no a todos aquellos que quieran disfrutar del amor y de lo que el "chin" puede hacernos.

Una historia terrorífica, al menos en su base es lo que nos ofrece siempre está trilogía. Ahora, esa parte terrorífica parte de uno de los cazadores de monstruos más famosos de todos los tiempos, Van Helsing. Después de años y siglos, su linaje entero a perseguido a los monstruos para exterminarlos, y ahora una vez más, en su presente ese legado recae sobre su sobrina, una mujer que aborrece a los monstruos, y a uno, en concreto.

Mientras entra mujer, Erika, busca la forma de atraer a los monstruos a un crucero de ensueño, Drácula y toda su familia caen en la perfecta trampa gracias a su hija Mavis, quien últimamente cree ver en su padre algo diferente. Mas allá de lo que la joven piensa (que es simplemente que su padre está cansado), este se encuentra solo y sin nadie que le haga compañía, lo cual hace su vida aún más triste al ver a la de su hija con novio e hijo.

Embarcados en este viaje de loca aventura finalmente encuentran un crucero que les guiará por los mejores lugares del mundo, terminando en una isla antigua y pérdida. Erika, capitana del barco y recordemos nieta de Van Helsing ha conseguido no sólo reunir a los monstruos sino también a aquel al que más odia, Drácula. No obstante, las cosas se complicarán, y es que en cuestión del corazón y el amor ni humanos ni monstruos tenemos la capacidad de elegir.

Hotel Transylvania, desde sus orígenes ha sido una película animada para que los más peques se divirtiesen y desde la primera entrega así ha sido. Generalmente las segundas partes no suelen ser demasiado buenas y en el caso de estas películas fue el caso. Pese a ello la segunda entrega también gusto bastante y aunque esta también lo ha hecho, nuevamente encontramos cierta la expresión "como la primera ninguna". Aún con esas la tercera entrega nos ha gustado más que la segunda.

El doblaje, en la mayoría de los personajes se sigue manteniendo y ese es uno de los rasgos más característicos ya que nos permite disfrutar de voces conocidas, un componente igual de importante que el diseño de la propia animación.

Además, otro detalle importante es que pese a ser unas vacaciones en un crucero no deja de ser un hotel sobre el agua por lo que incluso el título de la película tiene su sentido. Añadir como último detalle que existen momentos tiernos y momentos en los que queremos levantarnos y ponernos a bailar mientras dejamos que los más pequeños se diviertan con estas vacaciones monstruosas.

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