Megalodón [Crítica]

"Nunca antes he pasado tantos nervios y tanta tensión con una película de esta temática." Esa frase sería la mejor para definir la última película de Jon Turteltaub. Según algunos una mezcla entre Jurassic World y tiburón, Megalodón junta a uno de los animales prehistóricos más peligrosos del mundo.

Jonas Taylor interpretado por Jason Statham, es un hombre encargado de los rescates a ciertas profundidades. Es el único hombre que ha descendido y sobrevivió para contarlo, pero conociendo a cambio algo por lo que muchos le tacharon de loco. Ahora, años después cuando él ha sido acusado y retirado de su oficio, se necesita su ayuda de nuevo porque lo que el vio, ahora es realidad. Así es como empieza la película, con un rescate en el cual un animal extraño abolla por completo el casco lateral de un submarino.

Años en el futuro cuando explorando las profundidades del océano se traspasa una neblina de hielo congelado en estado gaseoso los exploradores encuentran un nuevo ecosistema debajo de dicha niebla. No obstante, algo sin explorar, es algo demasiado peligroso y con la aparición de un extraño animal, finalmente la aparición de Jonas es completamente necesaria.

Durante el nuevo rescate la criatura es vista... Un Megalodón, y esa, escena es la más escalofriante de todas. Recordemos que el Megalodón era el animal prehistórico más peligroso, un superdepredador que nada tiene que envidiarles a los tiburones blancos. 

Es cuando el Megalodón consigue traspasar lo que le separa del resto del océano, es cuando la catástrofe se desata y la cuenta atrás comienza, arriesgando la vida para intentar salvar a la mayor cantidad de gente posible antes de que el animal quede suelto por completo.

Tensión, muchos nervios y algunas escenas de tensión es lo que encontramos en la película. Momentos en los que es inevitable que una persona se agobie demasiado, y escenas de pánico en las que somos incapaces de estar quietos. A eso debemos sumarle una banda sonora y unos golpes en la misma que nos hacen asustarnos muy de vez en cuando, sin que seamos capaces de averiguar por donde viene el susto. Y eso, en parte es bueno porque es ahí cuando la película te hace pagar el bote.

Megalodón parecía ser una película con efectos especiales, poca historia o al menos algo muy sencillo y cuya baza más fuerte iba a ser el actor principal. No obstante, hay muchas cosas que decir a favor de esta película y la primera de ellas es que está bien documentada. Ese era el mayor peligro de meter a un animal prehistórico. No obstante, la documentación para su tamaño, su comportamiento y todo lo relacionado con él está más que estudiado y eso le da un realismo escalofriante.

Espectaculares efectos, un reparto las que mencionable. Escenas de tensión y momentos de crisis y pánico. Megalodón ofrece muchas cosas y todas ellas hacen de esta película una historia que gusta y emociona en todos los sentidos. Por ello mismo y por haber sigo una película transmitida tan bien se lleva una puntuación alta desde el blog, donde finalmente abrimos la horquilla con una pregunta a este tipo de películas. ¿Abra más?

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