Predator [Crítica]

Sangre, acción, tripas y poca historia que nos cuente lo que realmente está ocurriendo. Desde su primera entrega la saga de Depredador se ha convertido en una de las películas de ciencia ficción mejor valoradas en la historia del cine. Ahora, con el nuevo estreno de su película, seguimos sin saber demasiado bien que es lo que esperaban conseguir, más allá de hacer una película con mucha acción, sangre, destripamientos varios y escenas un tanto grotescas. 

La historia además, se pasa por alto la tercera entrega que vimos en 2010, la llamada “Predators”. Se podría sobreentender que esta película no la consideran por el hecho de que no transcurre durante el mismo periodo de tiempo o la misma línea temporal de la tierra. Por ello mismo esta entrega que ha visto la luz en 2018 se considera la tercera, ya que incluso en la película mencionan en más de una ocasión que ha habido otros dos encuentros con esta especie de criaturas que se comportan como cazadores. 

Quinn McKenna es un soldado que ha servido a su país en numerosas ocasiones. Durante una misión con sus compañeros, se ve atacado por una especie de nave que se encuentra huyendo de algún lugar. Dicha nave se estrella y de ella sale una criatura a la que desconocen, pero que finalmente termina capturada. Quinn McKenna se parte del equipo de esta criatura poniendo así en peligro a su familia. No obstante el ser es trasladado para su posterior investigación. Casey Bracket, científica biológica descubre que aquella criatura podría ser demasiado peligrosa para contenerla, y esto se confirma cuando se descubre que la criatura se ha escapado y está siendo perseguida por los de su especie debido a que han experimentado con su ADN y contiene parte de la rama genética humana. 

El caos se desata cuando el depredador quiere ir a buscar su equipo robado y cuando tras intentar ocultar lo que está ocurriendo realmente McKenna y un grupo de personas deben tomar el control para que las cosas salgan bien y salvar a la familia del protagonista. No es hasta tiempo después que nos llevamos una sorpresa cuando nos enteramos de que el fugitivo transportaba algo que quieren recuperar. Quizás debido a su ADN humano, se había convertido en un desertor. ¿Lo que traía consigo? Un misterio que no vamos a desvelar, descubierto al final de la película misma. 

Esta película nos recuerda en ciertos aspectos a las antiguas, pero la historia no está bien definida del todo, ya que en ciertas ocasiones no entendemos demasiado bien cuál es el propósito de determinados personajes. El reparto carece de figuras muy representativa, exceptuando al protagonista del mismo. La historia no termina de ser demasiado clara y se nota que están intentando relanzar las películas de Depredador, aunque siendo sinceros, estas pecan del mismo problema que peca la saga de su contrapartida, Alien. Por separado todas estas películas (habanos de las adaptaciones actuales) se quedan colgando principalmente porque después de haber unido ambas sagas, todo lo demás nos parece soso.

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