El Hobbit, la desolación de Smaug [Crítica y análisis]

A veces estamos más que acostumbrado a ver como un libro es adaptado a la gran pantalla, en guardar demasiada relación con lo que la novela en sí, nos cuenta de la historia. Por si fuera poco, con la última moda de dividir los libros, encontramos adaptaciones con ciertas cosas incoherentes, que en ocasiones hacen que la película transcurra de forma lenta o directamente ocurran cosas inventadas por los guionistas, perdiendo le fidelidad a la relación novela/película. 

Siempre hemos dicho que hay que diferenciar entre adaptación, inspiración o el famoso "basado en". Aun así, existen ciertas películas que es mejor no sacar en pantalla dividas. Un claro ejemplo es la actual trilogía de El Hobbit. Tres películas sacadas de un único libro cuya extensión es muy poca. No obstante, esto no quiere decir que las películas sean malas, simplemente que no se adaptan a lo que muchos fans esperaban ver. 

Si bien es cierto que como en todas las películas, existen errores y aciertos, la división de un libro tan corto, hace que las películas queden descompensadas entre sí, en lo que a continuidad y entretenimiento nos referimos. Desde el blog ya hemos procedido a analizar la primera entrega, ahora, le toca el turno a esta segunda historia que, si bien sigue siendo lenta, a partes iguales es cuando la acción comienza a subir ligeramente.

La desolación de Smaug
La historia

Esta segunda historia nos va a contar una vez mas el avance que nuestros compañeros tendrán por toda la tierra a media. Si ben el final de la primera entrega nos dejó con la miel en los labios, es mejor no adelantarse a los acontecimientos, ya que aun queda, mucho viaje para llegar a la montaña de los enanos. 

Al empezar la película, podemos comprobar como Gandalf busca a Thorin para ayudarle a emprender el viaje que les levara hasta Bilbo, reuniendo a todos los enanos para emprender un viaje que está durando, quizás demasiado. Tras ser convencido de que la contienda puede tener éxito, se desarrollan todos los hechos acontecidos en la primera entrega, terminando por encontrarnos con el regreso al presente, donde nuestros protagonistas son informaos por Bilbo, de que Azog, les está siguiendo.

Huyendo una vez mas de el los enanos y el hobbit se encuentras con un hombre que les salvará la vida. Un cambiapieles, que posee el cuerpo de un oso gigantesco (algo que los orcos temen por naturaleza) y que terminará ayudando a todos, a cambio de que las fuerzas oscuras no regresen al mundo.

Mas tarde, les dará provisiones y monturas, para que el grupo pueda dirigirse hacia el Bosque Negro, lugar en el que Gandalf toma otra ruta y se marcha mientras el grupo se adentra en el interior del bosque, solo para caer en una trampa y ser atacados por las huestes de arañas que habitan en él. No obstante, la suerte esta de su lado, cuando los Elfos los encuentran… solo para llevarlos presos a su reino. 

El rey de los elfos quiere llegara a un trato, pero Thorin, es demasiado terco para darse cuenta de la ayuda que puede significar y finalmente terminan rechazando al Rey. Bilbo, que no ha sido capturado por los Elfos es quien les rescata de la cárcel y emprenden la huida, una en la que, en mitad de un descenso en barriles, serán atacados por los orcos, y defendidos por los elfos al tiempo que estos intentan capturar a los fugitivos traidores.

Finalmente, el grupo es encontrado por Bardo, un hombre que vive en la ciudad del Lago y que le acogerá mientras pueda. Desafortunadamente, en la huida, Kili ha sido atacado y herido de gravedad, por lo que él, Óin, Fíli y Bofur se quedan para intentar curar esa herida. El resto del grupo por fin llega al pie de la montaña y tras la escalada, y la apertura de la perta secreta, Bilbo deberá emprender su peor aventura, aquella para la que realmente esta allí.

Mientras tanto, Gandalf se ha dirigido a Dol Guldur, ciudadela del enemigo, con la intención de ver que es lo que está corrompiendo los bosques. Allí, descubre que una vieja sombra esta recuperando poder y forma. Tratando de erradicarla o contenerla, Gandalf es atacado y capturado. El señor tenebroso, antaño derrotado esta volviendo, y eso, solamente traerá problema a la tierra media.

Volviendo con Bilbo, este se encuentra en el interior de la montaña, allí donde se guarda el tesoro de los enanos, buscando la piedra del arca, aquella que reconocerá a Thorin como el Rey bajo la montaña. Debido a la voluminosidad del tesoro Bilbo hace más ruido del necesario, despertando así al dragón que permanecía dormido; Smaug, el ultimo de su especie vivo. Empieza entonces uno de los momentos más emocionantes cuando Bilbo intenta que le dragón no le mate al tiempo que recupera la piedra… finalmente el dragón decide que el juego a terminado, y pese poseer el anillo de invisibilidad, Bilbo consigue salir de allí ileso sin usarlo demasiado.

Los enanos son conscientes de lo que ha ocurrido. El dragón a desperado y lo único que deben hacer es pelear contra él, porque si no, los destruirá a todos. Ayudándose de la forja que siempre ha sido su orgullo, los enanos consiguen jugar con el dragón como quieren, para así poder calentar los braseros y fundir el oro, mientras otro grupo lleva al dragón a la cámara del trono.

Al mismo tiempo que ocurría todo esto, la ciudad del Lago resulta atacada por la jauría de Orcos, pero afortunadamente, dos e los elfos estaban allí para ayudarles. Uno de ellos es Tauriel, una elfa de la que Kili se ha enamorado y que finalmente le salva, dejando ver que ella también siente algo. El otro elfo es Legolas, quien se enfrenta a los orcos y finalmente asiste a reunirse con Tauriel, mientras los problemas no hacen más que escucharse a lo lejos, con el potente y poderoso rugido de un dragón.

Los enanos han fracasado. Después de intentar ahogar a Samug en oro líquido, este dragón sale, rompiendo las paredes de la montaña y dirigiéndose a la ciudad del lago, amenazando con destruir la misma al tiempo que sus palabras finales “Yo soy fuego, yo soy muerte”, nos revelan que ese es en esencia su objetivo, como venganza hacía quienes le han atacado intentando robarle su tesoro.

Bilbo, consciente de todo lo que han hecho, de lo que eso representa, mira al horizonte, mientras el dragón se dirige a la ciudad, esbozando las palabras con las que acaba esta película: “dios mío, que hemos hecho”.

Crítica
Un ascenso pausado

A diferencia de su primera entrega, esta película va tomando un poco más de forma, conforme vamos avanzando. La acción es igual de pausada que en la anterior, pero a su vez va subiendo de nivel conforme nuestros personajes legar a su destino. Ese, es quizás el detalle que más destaca dentro de este segundo arco argumental, que si bien va creciendo en su calidad, en muchos sentidos, sigue siendo una forma más de largar algo que o era necesario.

A esto, hay que añadirle el peor agravante de todos, y es que existen escenas inventadas en su totalidad, que hacen que aquellos que han leído el libro, quieran llevarse las manos a la cabeza, o incluso dejar de ver la película, claro ejemplo es el de la escena de escape de los elfos, donde añadimos una escena de acción y pelea mientras los enanos huyen montados en barriles.

También es cierto, que para aquellos que simplemente quieran disfrutar de la película, en esta podrán hacerlo mucho más y con mayor intensidad. Al margen de si es una buena o mala adaptación (mejor no entrar en ello dado que se ha dividido un libro de escasas doscientas hojas en tres películas), como película, en esta ocasión podremos disfrutarla mucho mas. Veremos además la parte más ocurra de todo lo que se está generando, y recuperaremos personajes que hacía mucho tiempo que no veíamos.

Ese es otro delo grandes rasgos y errores que la película comente; introducir un elemento romántico cuando no es necesario. Además, ya tuvimos suficiente con la historia de amor relatada en el señor de los anillos entre Aragorn y Arwen. Parece que para reflejarse más aun en estas películas, es necesario meter ese componente, inventándose le personaje de Tauriel, una elfa de la cual se enamorado uno de los enanos y que finalmente parece corresponderle.

En el terreno de los elfos, hay que añadir la aparición de un personaje que si bien se ha rescatado de la primera trilogía, ahora el actor también a sido “rejuvenecido” apara ser mostrado en una historia en la cual ni siquiera tiene cabida. Halamos de Légolas, interpretado por Orlando Bloom. Este, por lo visto ue el único actor que acepto salir de nuevo en l trilogía. Es cierto que tanto Elijah Wood (Frodo) como Ian Holm (Bilbo anciano), también salen en pantalla pero están bien situados y colocados a diferencia del elfo.

El mayor punto a favor de esta película es, no obstante, lo sucedido en la última media hora, cuando vemos como Bilbo entra en la cámara del dragón y este, despierta. La composición, el terreno, el encuentre y la realización grafica del animal en si son extraordinarias. Desde el momento en el que vemos como el dragón abre el ojo, nos ponemos en constante tensión, intentado averiguar cómo va a salir Bilbo de todo aquello a la par que disfrutamos con la escena. Esta es sin duda la que es para nosotros la mejor escena.

A grandes rasgos, esta película es buena, va subiendo la intensidad moderadamente y nos deja con un final que es difícil no quedarse con aloca abierta. El momento en el que cortamos es simplemente perfecto y teniendo en cuenta el tiempo que hubo que esperar para ver la última entrega… para muchos la espera fue insoportable, pero al menos podemos adelantar que en general parece que mereció la pena.

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