Y llegamos la final de esta temporada que pese a ser buena, no ha sido tan intensa como las anteriores. La vida de casados ha favorecido a Watson y Mary, pero ahora Sherlock lleva desaparecido varios meses. Tras acudir a los Watson, una mujer desesperada cuyo hijo se ha escapado, ambos se encuentran en una zona de drogadictos donde misteriosamente se encuentran con Sherlock Holmes, el cual se excusa de estar resolviendo un caso, algo que Watson no se cree dados los antecedentes del detective.
Después de descubrir que Sherlock está limpio, comienzan a salir a la luz cierta información sobre un hombre capaz de ver todos los datos de las personas, así como sus puntos débiles. Sherlock esta decidido a acabar con todo este complot, pero Mycroft intervendrá puesto que es un caso que le afecta directamente a él.
Investigando el caso de este hombre que adquiere información de donde nadie sabe, se descubre que Sherlock a estado usando a su secretaria para infiltrase. Sin embargo, cuando él y Watson se infiltran alguien más se encuentras allí, alguien que está apuntando directamente al criminal, alguien que Sherlock reconoce muy bien ese olor.
Dos personas son las que Sherlock conoce por su olor, pero la que se encuentra allí no es la que él piensa. Mary Watson, una mujer que desde el primer momento el descifró como una mentirosa es quien se encuentra allí, quien dispara a Sherlock, provocándole casi la muerte. Con un tiro en el pecho, el detective sale de nuevo ya que Mary puede poner en peligro la vida de su mejor amigo.
Posteriormente atraída por el detective, Mary se ve encerrada en una trampa donde finalmente se descubre ante los ojos de su propio marido. Obligada a dar explicaciones, Watson irrumpe en un continuo ciclo de sentimientos contradictorios. Mary, es considerada una clienta, y como tal debe contar su historia, algo que prefiere no hacer, pero a cambio ofrece un pendrive con toda su información personal.
Con el paso de los días, llega la navidad, y tanto Watson como Mary acompañan a Sherlock y su familia. En esa reunión, Watson admite que el pasado de Mary no importa y a su vez quema el pendrive que esta le dio. Cuando todos comienzan a desmayarse, Watson y Sherlock son trasladados a la mansión de su enemigo más poderoso.
Tras descubrir como este hombre obtiene la información de todos, Sherlock se da cuenta de que aquello solo terminará de una manera. Tras descubrir que toda la información se guarda en la mente de este hombre, arriesgándose a no volver nunca, Sherlock comete el mayor crimen de todos. Con la muerte de este hombre todo el mundo se encuentra al fin a salvo de sus chantajes.
Sin embargo, Sherlock es reportado y obligado a abandonar el país, hasta que una amenaza del pasado irrumpe en todos los televisores de Londres. Nadie le echaba de menos, o quizás Sherlock si…
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